LA ESPERA, EL ESPERAR Y LO ESPERADO
- Jose Hoover Vanegas
- 3 mar 2021
- 3 Min. de lectura
El silencio de las calles detona pensamientos prospectivos, pensar que no hay ni un solo carro es esperar que aparezca alguno, y nos saque del silencio y nos llene de ruido inesperado, lo mismo se activa con la presencia de la ausencia de seres humanos y aun de perros o mascotas en general, no hay nadie, por ello esperamos que allá algo o alguien. El futuro aprieta de tal manera el presente hasta que lo asesina y lo lanza a lo más profundo del abismo del pasado. Esta es una manera de entender la espera, solo que el ser humano está en la mita, en el presente esperando el asesino que llegue y acabe con todas las oportunidades, con todas las posibilidades de existencia o por el contrario que el asesino con mascara de esperanza se aproxime y cumpla todas las expectativas que el ser humano en la mitad temporal aguarda. La espera es la tensión que une lo que ha sido con lo que será, pero no es el presente, habita en el ahora vivido en forma de resorte, que se estira hacia atrás para llenarse de esperanzas, pues si algo sucedió en el pasado es muy probable que vuelva a suceder, y se estira hacia adelante para atisbar la lejanía o la proximidad de lo que se espera que suceda ¡ya casi… ya casi llega!
La espera cobra diferentes significados como ansiedad, aburrimiento y esperanza. El primero que en alemán se denomina Angst, es sinónimo de angustia u opresión y aun de miedo. La ansiedad es la sensación de límite, de saber que algo está terminado y algo nuevo está empezando, es oler el vacío que deja aquello a que estábamos acostumbrados y la zozobra de enfrentase a algo nuevo; precisamente por esto hay angustia, en el sentido alemán de estreches, de ausencia de caminos, ausencia de huidas o refugios, la sensación de sentir que no cabe en donde está y que no tiene salidas, el mundo se cierra, para estrechar la existencia humana; algo similar pasa con el miedo, ya que su fundamento está precisamente en aquello que amenaza, lo amenazante que no ha sucedido pero que es muy probable que suceda, despierta en la conciencia la sensación de miedo. La espera también tiene connotaciones de aburrimiento que en alemán se denomina Langewaile, literalmente podemos traducirlo como un largo mientras, tener mucho tiempo sin saber que hacer con él, naufragar en un mar de tiempo vacío, un rio sin orillas, acá aparece con mucha fuerza la ocupación, todo ser humano busca estar haciendo algo, es decir, estar ocupado, y le huye a la des-ocupación, la cual genera pre-ocupación.
Estar aburrido es estar des-ocupado o estar ocupada en aquello que no concuerda con el gusto de quien se ocupa, en últimas el aburrimiento, en si mismo es estar perdido en el nada que hacer, pero también, y es de lo más significativo, en el nada que pensar, cuando los pensamientos viajan a la deriva, cuando lo pensado no tiene sentido para el que piensa, cuando el horizonte de los pensamientos no tienen una dirección, simplemente navegan como la representación de la nave del olvido o de los locos del Bosco en un barco sin remos lleno de personas que piensan poco o no tienen en que pensar. Por último, la esperanza hace referencia a la ilusión de quien espera en el momento en que se espera que lo que espera se va a dar, que se dé o no, no es importante para el que espera, lo importante es que crea con toda el alma que lo esperado en algún momento de su existencia se va hacer realidad, no en vano fue la virtud que quedo atrapada en la caja de Pandora cuando ella la abrió y librero todos los males, por ello ¡la esperanza es lo último que se pierde! Allí está esperando a ser realizada, mientras tanto los seres humanos siguen esperando lo esperado. La esperanza es el gel del presente que ayuda a soportar la realidad, que lubrica la existencia mientras las cosas pasan y se revela al alma humana mediante chispazos de futuro que prometen un mundo mejor.
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